Con la venia de mis compañeros me voy a permitir publicar en este espacio una carta que jamás fue enviada....
Por aquellas noches oscuras, que todos tenemos, y que en el dulcisimo dolor de la ausencia del ser amado nos atrevemos hacer de la noche una experiencia trágica.
Salud.
Estimado ausente:
Te escribo una carta en ausencia de ti. Vivo en esta fantasía de estar en guerrilla. Andando de aquí para allá, de montaña a rio y a la casa. Perseguidos. Llevando un mensaje de Revolución. Te escribo pensando en que todos los días pienso en ti desde el día que te fuiste, y que fue el mismo día que supe que no te volvería a ver. Aunque prometimos lo contrario.
Guevara, Guevara. Porque sí el amor era tan bonito no quisiste hacerlo más conmigo. No lloro. Sólo sueño todos los días. Todos los días intensamente. Será que nuestro amor era artificial. Será qué no fue su época o no fue suficiente su dolor al nacer. Será acaso que no existió. No. Heme pues aquí. Confiando en el porvenir. Pensando que tal ves tú has sido, y serás, mi única oportunidad de ser a un tiempo madre, amante y mujer. Probablemente así sea.
Escribo esta carta sin remitente para saber solamente que no es locura el amor en silencio. Sólo es amor sin nombre. Sólo es persecución sin objetivo. Es infierno lento, de abandono y soledad voluntaria. Aquí el amor no supo ser. Aquí al amor algo le salió mal. Aquí en la noche el amor retumba como tambor sanjuanero y no hay quien lo baile.
Pero amor eso fue lo yo fui para ti. ¿Cómo podría ser otra cosa? Jamás podría haber sido de manera distinta. Cualesquiera que sea tu paradero. Cualesquiera que se tú amor, yo aquí, puedo asegurarte que eres reverenciado, extrañado, solicitado, amado. Tú aquí eres amo y señor, y tú lugar es sagrado. Aquí el amor tiene tu dulce nombre. En medio de la noche y sí tu gentileza es bastante, me permitiré seguir amándote en silencio y sin remitente.
Gunnary Prado
13 de noviembre del 2010.
Comas, Lima- Norte, Perú.
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