jueves, 25 de noviembre de 2010

Acercàndose a un final...

Desde el pasado día 3 de agosto el Grupo Espacio Vacio Teatro de la ciudad de Morelia, Michoacán, emprendió un viaje por Centro y Sudamérica que cambiaría la visión y la misión de su proyecto teatral para siempre. Durante más de 126 días este grupo de argonautas ha viajado y transitado por Costa Rica, Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina y Perú, visitando las ciudades de Heredia, Bogotá, Cohua, Naguanagua, Valencia, Caracas, La Paz, Villa Tunari, Jujuy, Buenos Aires, Las Flores y Lima, participando en 5 Encuentros y Festivales internacionales: 1º Festival Internacional de Artes Escénicas “Movimiento Continuo” en Bogotá; 5º Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano de Venezuela; Encuentro Intercultural Iberoamericano de Teatro 2010 de Villa Tunari; 8º Encuentro de Teatro del Borde en Las Flores; 8º Festival Internacional de Acciones Escénicas de Lima-Norte.

Agregando a lo anterior, el grupo también ha realizado actividades de intercambio formativo, funciones, acciones rescate, promoción y difusión del teatro en alianza con agrupaciones y salas de teatro, tales como: Foro “Sala Cádiz” en Bogotá (http://www.teatrocadiz.org); Agrupación “La Rosa Teatro” de Jujuy (http://www.larosateatro.com.ar/); Grupo “Icono Teatro” (http://horacioolainmovilidad.blogspot.com/http://centrodeartesicono.blogspot.com/), Compañía “Teatro por la Identidad” (www.identidad-sur.com.ar; www.identidadsur-talleres.blogspot.com) , Teatro del Centro Cultural LyF de la Provincia de Buenos Aires (http://cclyf.blogspot.com/); siendo así, durante la gira por Latinoamérica se han llevado a cabo más de 35 funciones, sumando un total de 200 funciones de la obra de teatro “La Nave” escrita por José Luis Pineda, dirigida por Gunnary Prado, producida por el Grupo Espacio Vacio Teatro y la Secretaría de Cultura del Estado de Michoacán.

Este viaje, la participación en distintos festivales y encuentros internacionales se enmarcaron en un proyecto cultural denominado “La Nave viaja y busca en Latinoamérica una nueva frontera”, mismo que fue apoyado por el Programa de Coinversiones para el Desarrollo Artístico en Michoacán del Sistema Estatal de Creadores en su emisión 2009-2010. Cabe mencionar que tras el veredicto de la Comisión Técnica del programa, el dictamen se vio envuelto en una importante polémica que ponía en entredicho la legitimidad y honestidad del proceso de evaluación. Controversia que se disipó tras un proceso de análisis y presentación de pruebas por parte de los insatisfechos. Finalmente, el proyecto se lleva a cabo. La última fecha está programada del 14 al 24 de noviembre.

Este modelo de coinversión artística entre creadores y el Estado, es una de las poquísimas acciones culturales institucionales en nuestro Estado que parte del supuesto de la inversión y no del gasto, dado que, el programa contempla la participación de proyectos donde los servicios y productos culturales ya están realizados, es decir, la obra de teatro, la partitura musical, el borrador literario, el demo musical, la obra coreográfica, se toman como la inversión inicial con la que participa el creador en el proceso de financiamiento. Después de ahí, es responsabilidad de los creadores presentar un presupuesto de proyecto donde garantice que invertirá el 50% del gasto total del proyecto, evidentemente esta aportación puede ser liquida, en especie y/o con fuerza de trabajo, asimismo puede provenir de la propia agrupación o persona física que presenta el proyecto, o de alguna otra institución que co-participe en la realización de la actividad.

El fondo para el Programa hasta donde se tiene conocimiento ascendió a un total de $3, 000,000.00 de pesos en el año 2009-2010, de los cuales se invirtieron $ 2, 771, 195.00 pesos aproximadamente (de acuerdo a lo publicado en http://cultura.michoacan.gob.mx/index.php?option=com_content&task=view&id=574&Itemid=276) en un total de 32 proyectos de teatro, danza, música, artes visuales, producción editorial y producción audiovisual. En el caso particular del proyecto “La Nave viaja y busca en Latinoamérica….”, recibió la aportación máxima que contempla la convocatoria del proyecto: $150,000.00 pesos. La agrupación garantizó una aportación equivalente gracias al respaldo de las sedes internacionales que se comprometieron a recibir y programar la puesta “La Nave”, así como la inversión propia.

A unos cuantos pasos de culminar con el proyecto, se puede afirmar que la aportación de la agrupación está por encima del 160%, del 50% total que originalmente se había previsto aportar al presupuesto global del proyecto. Evidentemente las metas y acciones también se han ensanchado significativamente, pues de prever la realización de 7 funciones en 7 sedes internacionales, se han realizado más de 35 funciones en 12 sedes internacionales. ¿Qué es esto? Números rojos, negros, azules, morados. Es una fórmula matemática que sólo se explica sí se profundiza en la idea de “creer en el arte como elemento de transformación y desarrollo humano”.

Por encima de todas las apreciaciones financieras, logísticas e institucionales hay un aprendizaje que es invaluable e intraducible de acuerdo a los instrumentos o formatos burocráticos: el conocer una parte del mundo, y por lo tanto conocerse a un mismo, a través del teatro. El encontrar en diferentes puntos del continente americano realidades paralelas tan opuestas y en otros casos tan semejantes, permitiendo visualizar con conciencia crítica nuestra propia realidad. Conocer a tu país desde los ojos de los otros, preguntarte por lo qué somos a partir de las respuestas de los que son los otros. Aproximarse a otras latitudes teatrales para reconocer lo que hay en la propia de importante y de valioso. Transformar el entorno particular y contribuir al desarrollo de nuevas y mejores iniciativas culturales. El vivir en carne propia las revoluciones culturales y sociales a las que se enfrentará la América Latina en el siglo XXI.

Y, sí de “revoluciones” se trata, la nuestra, la de México, es la más compleja. México tiene por delante la misión de potenciar las luchas sociales y populares de Latinoamérica. Sí nosotros somos capaces de vencer al enemigo (la imposición del modelo hegemónico), entonces, América de habla hispana será capaz, componer/imponer el orden económico-social que mejor le plazca, de acuerdo a los intereses sociales, culturales y humanos que correspondan con nuestros pueblos y nuestros territorios.

México tiene un papel privilegiado en la historia mundial, es y será una de las naciones protagonistas de la historia de América Latina. Su viraje hacia un gobierno de izquierda, centro o derecha significará el principio o fin del orden económico neoliberal y el orden político globalizado, liderado principalmente por Estados Unidos de Norte América, asimismo será el parteaguas para la instauración definitiva de la Revolución Social de Centroamérica y Sudamérica.

Latinoamérica nos necesita y nosotros necesitamos de Latinoamérica. No podemos seguir siendo indiferentes a lo que ocurre de manera masiva en Sudamérica. No podemos negar que nuestro sistema económico neoliberal ha ido sepultando poco a poco la dignidad del pueblo mexicano. Ha dado a nuestro país un rostro de violencia, desestabilidad, desorden social, pobreza económica y ahora por si no fuera poco la suma de todos estos resquicios, también somos un país pobre culturalmente hablando.

El Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, creado el 2 de marzo de 1989, por el Gobierno prísta de Carlos Salinas de Gortari, propicio un monstro devorador de sí mismo que se llama el “Sistema Nacional de Creadores”, mismo que fue replicado por todas las entidades estatales del país, y que ha propiciado una atomización grave de las fuerzas creadores y artísticas del país. Conformando así, un “seudomercado del arte” con tintes sociales y un sistema de becas individuales, así como programas de financiamiento sin recuperación que han impactado directamente en la organización de redes, colectivos, asociaciones, agrupaciones y cooperativas de artistas trabajando por un fin común. ¡Con justa razón, no vaya hacer que en una de esas el fin común sea el bienestar social, la justicia, la verdad o la libertad y entonces tremendo quilombo en el que se mete el país!

La inercia del cooperativismo, la organización gremial, social y artística, la creación de redes y compañías artísticas dirigidas a otorgar un servicio a la comunidad. La creación de políticas culturales orientadas atender a el público o los públicos como objetivos finales de cualquier acción cultural, basados en la idea de que el creador/artista es sólo un puente que sirve al Estado para proveer el derecho a la cultura a sus ciudadanos; la instauración de espacios físicos y formativos para artistas aficionados, amateurs, profesionales y demás iniciativas populares son tareas las que pernean el panorama teatral de Sudamérica o por lo menos de Colombia, Venezuela, Bolivia, Argentina y el Perú; inercia socialista y popular que está alcanzando al resto de los países del cono sur.

Una mala noticia queridas compañeras y compañeros: ¡México no está en ese barco!; mientras el resto de los países avanza hacia la integración de una red social para el desarrollo cultural a través de proyectos como UNASUR (Unión de Naciones Sudamericanas, Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América); la imagen cultural de México se atomiza, se desintegra, se disipa, pierde su identidad, le juega al diablo del mercado neoliberal y se queda si consumidores, mejor dicho, sin público. Pero el resumen más grave de este panorama es que el derecho a la cultura, fundamental para el desarrollo de las personas, se convierte en un privilegio mercantil que alcanza a una ínfima parte de la ciudadanía.

El reto es inabarcable, por lo menos para este pequeño círculo de hacedores teatrales. Los retos debe ubicarse en un alcance más inmediato: socialización de la experiencia y de la información acumulada con la intención de beneficiar a otras agrupaciones, creación de proyectos culturales íntimamente ligados a las necesidades de la comunidad entorno a nosotros; creación de una red gremial entre los teatreros michoacanos, por el simple placer de conocer “lo que están haciendo los otros”, participar de la creación de una “ley federal de cultura” que contemple la participación de la comunidad como el núcleo generador de criterios, presupuestos, proyectos y acciones culturales para sus integrantes.

Este viaje ha sido un viaje al centro de la tierra teatral… ¡nos jugó chueco!, la intención era conocer nuevas fronteras y dar a conocer nuestra obra de teatro más allá de nuestras fronteras; y ahora hemos caído en la cuenta de que “la frontera” no existe, es sólo una idea que se nos ha impuesto desde los intereses económicos, culturales, sociales de los países y culturas hegemónicas; en todo caso la idea de frontera debemos afrontarla como “encuentro, como principio, como cruce de destinos”; las fronteras son aproximaciones a lo otro, pero una ves estando ahí, con el otro, las fronteras se movilizan, las fronteras avanzan con nosotros y se dibujan en el horizonte cada vez, no son un punto final, son un punto de llegada para volver a comenzar…..

La creencia de que este aprendizaje le servirá a otros es demasiada pretensión, a lo único que nos aventuramos a través de este espacio y otros espacios de comunicación, es a invitar a la comunidad artística y teatral de la entidad a mirar más allá; construir un proyecto que responda al contexto social (en crisis) en el que vivimos y no a los ideales del comercio, del cual, por cierto, nunca participaremos, porque no interesa que las iniciativas locales formen parte de la actividad cultural global. Definitivamente, existen variadas formas de gestionar, proponer, realizar y participar de proyectos culturales, volteemos nuestros ojos a la América Latina, ella nos puede enseñar mucho.



Gunnary Prado
20 de noviembre.
2010.

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